SUSANA CAPARRÓS SORIA.
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Información
de la actividad a realizar.
Se va a organizar desde
el Plan de igualdad un concurso de cuentos no sexistas para toda el alumnado
del CEIP Santa Isabel. Cada alumno/a puede presentar un cuento (primaria), un
dibujo (infantil) y TEA (dibujo) de tema libre que fomente “la igualdad de oportunidades y evite los estereotipos de género”.
Tiempo
en la ejecución del trabajo: Desde el 12 de febrero
lunes hasta el día 23 de febrero viernes inclusive.
Desarrollo
de la actividad: Se hará entrega de dicha información a
todos los docentes, con el cuento “Erase una vez un cuento del revés”; El
príncipe Ceniciento, que se contará en clase. Después de dicha lectura, se
hablará con el alumnado, sobre la igualdad de oportunidades y la igualdad en el
reparto de tareas, evitando los estereotipos creados en nuestra sociedad.
Cada tutor seleccionará
un dibujo o cuento por clase y se lo entregará a la Coordinadora de igualdad.
Dicha Coordinadora hará una nueva selección por curso.
PREMIOS:
El
premio consistirá en publicar los cuentos y dibujos en el BLOG DE IGUALDAD Y PAZ SANTA ISABEL.
EL CUENTO.
“Érase una vez un cuento al revés”.
EL PRINCIPE CENICIENTO
El príncipe Ceniciento
no parecía un príncipe, porque era bajito, pecoso, sucio y delgado. Tenía tres
hermanos grandulllones y peludos que siempre se burlaban de él. Estaban siempre
en la Disco Palacio con unas princesas que eran sus novias. Y el pobre Príncipe
Ceniciento siempre en casa, limpia que te limpia lo que ellos ensuciaban. - ¡Si
pudiera ser fuerte y peludo como mis hermanos! – pensaba junto al fuego,
cansado de trabajar.
El sábado por la
noche, mientras lavaba calcetines, un hada cochambrosa cayó por la chimenea. -
Se cumplirán todos tus deseos- dijo el hada. - Zis Zis Bum, Bic, Bac Boche,
esta lata vacía será un coche. ¡Bif, baf bom, bo bo bas, a la discoteca irás! -
¡Esto no marcha! – dijo el hada. Había creado un coche de juguete diminuto, y
el príncipe no se había movido de la cocina…
- ¡Dedo de rata y ojo de tritón salvaje, que tus harapos se
conviertan en un traje! –grito el hada, pero solo consiguió un ridículo bañador
de rayas para el príncipe. - Bueno…ahora cumpliré tu deseo más importante.
¡Serás fuerte y peludo a tope! Y vaya si era un Ceniciento grande y peludo: ¡se
había convertido en un mono! - ¡Jolines! – dijo el hada-. Ha vuelto a fallar,
pero estoy segura de que a medianoche se romperá el hechizo… Poco se imaginaba
el Príncipe Ceniciento que era un mono grande y peludo por culpa de aquel
error. ¡Él se veía tan guapo! Y así fue corriendo a la discoteca.
El coche era muy
pequeño, pero supo sacarle provecho. Pero al llegar a aquella disco de
príncipes, ¡era tan grande que no pasaba por la puerta! Y decidió volver a casa
en autobús. En la parada había una princesa muy guapa. - ¿A qué hora pasa el
autobús? – gruñó, asustando a la princesa. Por suerte, dieron las doce y el
Príncipe Ceniciento volvió a ser como antes. La princesa creyó que la había
salvado ahuyentando a aquel mono peludo.
- ¡Espera!- gritó ella, pero el Príncipe Ceniciento era tan
tímido que ya había echado a correr. ¡Hasta perdió los pantalones!
Aquella
Princesa resultó ser la rica y hermosa Princesa Lindapasta. Dictó una orden
para encontrar al propietario de los pantalones. Príncipes de lejanas tierras
intentaron ponérselos, pero los pantalones se retorcían y nadie lo conseguía.
Los hermanos del Príncipe Ceniciento se peleaban por
probárselos Que se los pruebe -ordenó la princesa, señalando al Príncipe
Ceniciento - Este mequetrefe no podrá ponérselos- se burlaron sus hermanos…
¡pero lo consiguió! La Princesa Lindapasta se le declaró . El Príncipe
Ceniciento se casó con la Princesa Lindapasta y fueron felices por siempre
jamás. La Princesa Lindapasta habló con el hada y ésta los convirtió en hadas
domésticas. Y en adelante, les tocó hacer las labores de la casa, en igualdad
de condiciones.
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